Traición a la II República: PNV (cuarta parte)
La traición del PNV en el país vasco-francés.
La dirección del PNV actuó en la II Guerra mundial como lo había hecho en la guerra civil española, supuestamente condenando a los fascistas, pero colaborando con ellos de hecho en la práctica. Su dirección en Iparralde (País Vasco-Francés) no movió un solo dedo entre 1940 y 1945 para luchar contra el ocupante nazi y su gobierno títere de Vichy. No dio ni una sola indicación de resistencia, y las labores que realizó de espionaje, lo fueron para interés propio o de sus aliados los yankis. Por eso los historiadores de toda condición, pero sobre todo los nacionalistas vascos, han ocultado o eludido su papel de colaboradores por omisión.
Obviamente a nivel personal fueron varios los peneuvistas que lucharon contra los nazis, como varios de los miembros del denominado Servicio Técnico de Información del Gobierno Vasco (o sea, la inteligencia del PNV), algunos de los cuales fueron detenidos en España por Franco tras pasarle la información los nazis, como su máximo responsable Luis Álava, que fue fusilado. Pero de 1942 a 1945 dichos servicios secretos sólo elaboraron informes para sus jefes norteamericanos y británicos.
Así no es de extrañar que la prensa peneuvista haya intentado engañar repetidamente cuando contaba que la Gestapo estaba como loca por localizar y eliminar a José Antonio Aguirre en París, mientras los propios archivos de guerra nos dan el dato incuestionable de que la policía y la inteligencia nazi lo tenían perfectamente controlado en una casa de Bruselas el 23 de junio de 1940 y que lo dejaron fugarse a América. Asimismo, varios cargos peneuvistas se entrevistaron en 1941 con altos jerarcas nazis para discutir el papel que los vascos podían jugar en la nueva Europa, puesta a los pies de Hitler en aquellos momentos de la guerra. El interlocutor por parte de la delegación vasca era un historiador, Eugéne Goyhenetche, que miraba con enorme simpatía el acercamiento a los nazis. La discusión se desarrolló en torno a la posible creación de pequeños estados nacionales permitidos por Alemania en total sintonía en una Europa nazi. Se ponía el ejemplo del Partido Nacionalista Bretón, que con la consigna: Ni blancos ni rojos, bretones ante todo había pasado a colaborar abiertamente con los nazis.
Estaba pues, encima de la mesa, una supuesta independencia flamenca, corsa, occitana, bretona y vasca bajo la lupa nazi. El ejemplo que los nazis dieron a Goyhenetche para hacerle sentir en su salsa era el de Valonia en 1917: balcanizar los países para crear Estados independientes bajo la influencia nazi. Nada más ha trascendido sobre dichas reuniones, pero para el PNV deben de ser materia muy secreta y delicada, pues tras la guerra, la fiscalía pidió la pena de muerte para el vascofascista Goyhenetche, pero el PNV le sacó la cara, le protegió, le cubrió de dinero y le arropó y defendió hasta su muerte plácida en 1989.
Como anécdota significativa contar también como el Ministerio de Cultura nazi encargó un catálogo de megalitos de Iparralde al cura peneuvista y antropólogo José Miguel Barandiarán. Éste aprovechó la libertad de movimientos para pasar la frontera a un judío, así que la anécdota nos muestra claramente esa delgada línea entre el amor y el odio que mutuamente se profesaban.
Pero el caso más significativo es el del diputado más importante en París de todo el País Vasco-francés, el derechista Jean Ibarnegaray, con cargo en el Congreso desde 1914 y muy próximo al PNV hasta que se distanció de dicho partido en 1936 porque el PNV de Gipuzkoa había combatido a Franco, y que fue elegido ministro por Pétain durante el gobierno fascista de Vichy. Así, otro vascofascista como Domingo Soubelet, escritor y poeta euskaldun, dedicó esta joya a favor del gobierno fascista y que traducimos del euskara:
Hombre bravo el mariscal Pétain
de Uharte a Vichy resuena su voz
de Euskal herria ha escogido sus ministros
está preparado contra todos los enemigos.
Nuestra raza defiende su Patria
Amor a la familia, al trabajo y a la Patria
Preparémonos todos para una Francia nueva.
Algunos miembros del PNV pertenecieron a organizaciones de militancia y combate que colaboraron abiertamente con los nazis. La historia general de estas organizaciones vascas colaboracionistas con los ocupantes nazis y en cuyas filas hubo algún militante peneuvista es la siguiente:
— Partido Popular Francés sección Bajos Pirineos, con un total de 250 afiliados. Contaba con una milicia (Servicio de Orden) que colaboró directamente con la Gestapo.
— Milicia Francesa, sección Bajos Pirineos, con 420 militantes. Funcionaba como policía auxiliar de la Gestapo. Era del PNV un tal Lamietxe, aunque era mote. Quemaron los archivos de militantes cuando se acercó la derrota nazi.
— Legión Voluntaria contra el Bolchevismo: pudieron ser un centenar de militantes. Quemaron los archivos ante la derrota nazi.
— Waffen SS-Sección Bajos Pirineos: cerca de un centenar. Tras la derrota fascista fueron rehabilitados en la Legión Extranjera. Quemaron los archivos de nombres.
— Grupo Collaboration: solamente en Baiona llegó a contar con más de 75 miembros. Apoyaba el exterminio de los judíos y de los antifranceses. Sus juventudes las formaron 40 militantes en todo Iparralde. En Hendaia un jeltzale de dicho Grupo apodado Irún hacía labores de contrabando con la policía fascista española.
— Servicio de Orden Legionario: contó con 150 afiliados en Euskadi Norte. Se definían anticomunistas y su jeltzale se apodaba Aguirre.
Hacia el final de la guerra mundial, la resistencia tomó peso en Euskal Herria Norte, con grupos en Zuberoa, íntegramente compuesta por los comunistas del Franc-Tireur y los gaullistas. En 1944 eran aproximadamente 500 militantes armados en Zuberoa, de los que ninguno pertenecía al PNV, salvo el médico souletino Jean Jaureguiberry, que llegó a ser uno de los dirigentes guerrilleros). En Lapurdi había 140 guerrilleros, todos ellos comunistas y gaullistas, mientras el PNV andaba por los despachos en América intentando salvar sus viandas.
En el verano de 1944 estas dos guerrillas se juntaron a la ORA vasco francesa (Organización de Resistencia Armada) de simpatía giraudista para formar el MUR (Movimiento Unitario de Resistencia). En total hubo unos 1.350 guerrilleros vascos de los que sólo uno de ellos pertenecía al PNV. Cuando en agosto de 1942 la guerrilla colocó una bomba en el local del PPF en Biarritz, el PNV declaró que no eran momentos para acciones de sabotaje.
Los habitantes de Iparralde sufrieron durante la ocupación alemana y el gobierno vichysta unas 1.600 deportaciones a Auschwitz y Buchenwald (1.460 sólo en 1943 y 1944), unas 1.500 detenciones por motivos raciales y políticos y decenas de fusilamientos y asesinatos de resistentes, pero el PNV estaba demasiado ocupado intentando hacerse un hueco en el reparto del pastel. Como en Euskal Herria Sur.
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