El comunismo es el Poder Soviético más la electrificación de todo el país. De lo contrario, el país seguiría siendo un país de pequeños campesinos, y es necesario que nos demos cuenta de ello con toda claridad. Somos más débiles que el capitalismo no sólo en escala mundial, sino también dentro del país. Eso es bien notorio. Nosotros lo hemos comprendido y haremos de manera que la base económica, constituida hoy por la pequeña producción campesina, pase a ser la gran industria.
Y sólo cuando el país esté electrificado, cuando hayamos dado a la industria, a la agricultura y al transporte la base técnica de la gran industria moderna, sólo entonces venceremos definitivamente" (t. XXVI, págs. 46-47).
Resulta, en primer lugar, que mientras vivamos en un país de pequeñas haciendas campesinas, mientras no hayamos extirpado las raíces del capitalismo, éste tendrá en nuestro país una base económica más sólida que el comunismo. A veces se derriba un árbol, pero no se extirpa sus raíces, por faltar las fuerzas para ello. De aquí, precisamente, dimana la posibilidad de la restauración del capitalismo en nuestro país.
Resulta, en segundo lugar, que, además de la posibilidad de la restauración del capitalismo, existe también, en nuestro país, la posibilidad del triunfo del socialismo, ya que podemos destruir la posibilidad de restauración del capitalismo, podemos extirpar las raíces del capitalismo y conseguir el triunfo definitivo sobre éste en nuestro país si desplegamos una intensa labor de electrificación del país, si damos a la industria, a la agricultura y al transporte la base técnica de la gran industria moderna. De aquí, precisamente, dimana la posibilidad del triunfo del socialismo en nuestro país.
Resulta, por último, que no es posible edificar el socialismo sólo en la industria, dejando la agricultura a merced del desarrollo espontáneo, con el criterio de que el campo "seguirá por sí mismo" a la ciudad. La existencia de una industria socialista en la ciudad es un factor fundamental para la transformación socialista del campo. Pero eso aún no quiere decir que este factor sea del todo suficiente. Para que la ciudad socialista pueda llevar tras de sí definitivamente al campesinado, es necesario, como dice Lenin, "dar a la economía del país, comprendida la agricultura, una nueva base técnica, la base técnica de la gran producción moderna".
¿No se halla en contradicción con esta cita de Lenin otra cita tomada de sus obras, según la cual "la Nep nos asegura por completo la posibilidad de construir los cimientos de la economía socialista"? No; no hay tal contradicción. Lejos de ello, ambas citas coinciden por entero. Lenin no dice, ni mucho menos, que la Nep nos depare el socialismo ya hecho. Lo único que nos dice es que la Nep nos asegura la posibilidad de construir los cimientos de la economía socialista. Entre la posibilidad de llevar a cabo la edificación del socialismo y su construcción efectiva hay una gran diferencia. No hay que confundir la posibilidad con la realidad. Precisamente para convertir esta posibilidad en realidad es para lo que Lenin propone la electrificación del país y que se dé la base técnica de la gran industria moderna a la industria, a la agricultura y al transporte, como condición del triunfo definitivo del socialismo en nuestro país.
Pero no es posible realizar en uno o dos años esta condición necesaria para llevar a cabo la edificación del socialismo. No es posible en uno o dos años industrializar el país, construir una potente industria, organizar en cooperativas a masas de millones de campesinos, dar una nueva base técnica a la agricultura, agrupar las haciendas campesinas individuales en grandes haciendas colectivas, desarrollar los sovjoses, limitar y vencer a los elementos capitalistas de la ciudad y del campo. Para esto hacen falta años y años de intensa labor constructiva de la dictadura del proletariado. Y mientras no se haga esto -- y no se hará de repente --, seguiremos siendo un país de pequeñas haciendas campesinas, en el que la pequeña producción engendrará capitalismo y burguesía constantemente y en masa y donde seguirá existiendo el peligro de restauración del capitalismo.
Y como el proletariado de nuestro país no vive en el vacío, sino dentro de la vida más real y concreta, con toda su diversidad, los elementos burgueses, que surgen sobre la base de la pequeña producción "cercan al proletariado por todas partes de elemento pequeñoburgués, lo impregnan de este elemento, lo corrompen con él, provocan constantemente en el seno del proletariado recaídas de pusilanimidad pequeñoburguesa, de atomización, de individualismo, de oscilaciones entre la exaltación y el abatimiento" (Lenin, t. XXV, pág. 189) e infunden, de este modo, al proletariado y a su Partido ciertas vacilaciones, cierta indecisión.
Ahí reside la raíz y la base de todo género de vacilaciones y desviaciones contra la línea leninista en las filas de nuestro Partido.
Por eso no hay que considerar como un asunto baladí el problema de la desviación derechista o "izquierdista" dentro de nuestro Partido.
¿En qué consiste el peligro de la desviación de derecha, francamente oportunista, dentro de nuestro Partido? En que menosprecia la fuerza de nuestros enemigos, la fuerza del capitalismo, en que no ve el peligro de restauración del capitalismo, en que no comprende la mecánica de la lucha de clases en las condiciones de la dictadura del proletariado, por cuya razón hace con tanta facilidad concesiones al capitalismo, exigiendo que se amortigue el ritmo del desarrollo de nuestra industria, exigiendo que se den facilidades a los elementos capitalistas del campo y de la ciudad, exigiendo que se relegue a segundo plano el problema de los koljoses y de los sovjoses, exigiendo que se suavice el monopolio del comercio exterior, etc., etc.
Es indudable que el triunfo de la desviación de derecha en nuestro Partido desencadenaría las fuerzas del capitalismo, minaría las posiciones revolucionarias del proletariado y aumentaría las probabilidades de restauración del capitalismo en nuestro país.
¿En qué consiste el peligro de la desviación "izquierdista " (trotskista) dentro de nuestro Partido? En que sobrestima la fuerza de nuestros enemigos, la fuerza del capitalismo, ve únicamente la posibilidad de restauración del capitalismo y no advierte la posibilidad de llevar a cabo la edificación del socialismo con las fuerzas de nuestro país, en que se deja llevar de la desesperación y se ve obligado a consolarse hablando de un supuesto termidorismo en nuestro Partido.
De las palabras de Lenin cuando dice que, "mientras vivamos en un país de pequeñas haciendas campesinas, el capitalismo tendrá en Rusia una base económica más sólida que el comunismo", de estas palabras de Lenin, la desviación de "izquierda" saca la falsa conclusión de que en la U.R.S.S. es absolutamente imposible llevar a cabo la edificación del socialismo, de que no se conseguirá nada con los campesinos, de que la idea de la alianza de la clase obrera con los campesinos es una idea caduca, de que si no llega a tiempo en nuestra ayuda la revolución victoriosa en Occidente, la dictadura del proletariado en la U.R.S.S. deberá hundirse o degenerar, de que si no se acepta un plan fantástico de superindustrialización, aunque para realizarlo haya que romper con los campesinos, se tendrá que dar por fracasada la causa del socialismo en la U.R.S.S.
De aquí el aventurerismo en la política de los desviacionistas de "izquierda". De aquí los saltos "sobrehumanos" en la política.
Es indudable que el triunfo de la desviación de "izquierda" en nuestro Partido llevaría a que la clase obrera se alejase de su base campesina, a que la vanguardia de la clase obrera se alejase del resto de la masa obrera, lo que, a su vez, conduciría a la derrota del proletariado y facilitaría la restauración del capitalismo.
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