tomado de Euskal Iraultza Sozialista
POR QUÉ ESTAMOS POR UN ESTADO SOCIALISTA VASCO
documento aprobado en la primera parte de la VI Asamblea de Euskadi Ta Askatasuna (ETA),
celebrada en Hazparne (Lapurdi) en agosto de 1973.
Nuestro
objetivo fundamental es la creación de un Estado Socialista Vasco
dirigido por la clase trabajadora de Euskadi como instrumento para
alcanzar una sociedad vasca sin clases, una Euskadi auténticamente
comunista; como instrumento -en suma- para nuestra total e íntegra
liberación como trabajadores vascos.
En
el plano social, nuestra lucha liberadora se desarrolla y viene
enmarcada desde una perspectiva revolucionaria de clase, desde la
perspectiva más consciente y auténticamente revolucionaria: la
comunista.
En
el plano nacional, luchamos por la liberación de Euskadi desde una
perspectiva independentista;
lo
que ciertamente nos distingue de muchas otras organizaciones
socialistas. Pero el abanico de corrientes pro-independentista en
nuestro país es amplio, abarcando a diferentes clases. Lo que es
determinante, lo que da impronta reaccionaria o revolucionaria a tal
reivindicación, es su contenido,
lo
que en realidad ha condicionado a unos y otros para posicionarse en
tal sentido.
Nosotros no somos independentistas porque creamos que
españoles y franceses nos roban dinero y lo mejor de nuestra
juventud y busquemos edificar una sociedad vasca opulenta, ni porque
los vascos seamos superiores y no nos convenga tener contacto alguno
con maketos, belarrimotzas o cosas por el estilo, ni condicionados
por el odio étnico que España y Francia nos tienen, etc... Todo lo
contrario: si éstas fueran las únicas razones que justificasen la
independencia de Euskadi, sino existiesen otros motivos, nos
opondríamos con todas nuestras fuerzas a tal reivindicación por
burguesa, racista y cabalmente reaccionaria.
Nosotros somos independentistas porque creemos que nuestro problema como trabajadores vascos, nuestro problema como clase explotada en un contexto de pueblo nacionalmente oprimido, ni puede solventarse dentro del marco español o francés; ciertamente que nuestra liberación como clase sería viable en el marco de un Estado Socialista Español o Francés. Pero en nuestra opinión, sólo un Poder Político Independiente en nuestras manos, es decir, sólo un Estado Socialista Vasco podrá garantizar la resolución de la otra cara del problema, nuestra liberación como miembros de una comunidad nacional oprimida: Euskadi.
Nosotros somos independentistas porque creemos que nuestro problema como trabajadores vascos, nuestro problema como clase explotada en un contexto de pueblo nacionalmente oprimido, ni puede solventarse dentro del marco español o francés; ciertamente que nuestra liberación como clase sería viable en el marco de un Estado Socialista Español o Francés. Pero en nuestra opinión, sólo un Poder Político Independiente en nuestras manos, es decir, sólo un Estado Socialista Vasco podrá garantizar la resolución de la otra cara del problema, nuestra liberación como miembros de una comunidad nacional oprimida: Euskadi.
Las razones que nos mueven a
posicionarnos en tal sentido son:
- el hecho de que el problema
nacional vasco, al englobar tanto a Euskadi Norte como a Euskadi
Sur, desborda los marcos estatales español o francés.
- el
convencimiento de que el problema cultural del Pueblo Vasco no puede
ser resuelto desde una perspectiva no vasca; aunque pretendidamente
internacionalista. (Un proletariado de nación opresora se comporta
-a nuestro juicio- con sentido auténticamente internacionalista con
un Pueblo oprimido cuando las relaciones entre ellos se establecen en
base a la decisión por parte del primero de no inmiscuirse en
absoluto en la elección del futuro del Pueblo oprimido,
considerando que tal elección le atañe exclusivamente a
éste.)
Vayamos pues por partes:
La solución al problema
nacional vasco exige la resolución a la opresión cultural, es
decir, a la cuestión de la lengua y del conjunto de la cultura del
Pueblo Vasco.
Partamos del principio que tal problema exige,
desde un punto de vista revolucionario, la consecución de la
igualdad real entre todas las lenguas y culturas, o, dicho en otros
términos, la desaparición de la menor desigualdad o discriminación
entre ellas. Nosotros mantenemos que entonces la paridad lingüística
sólo será viable y real mediante la euskerización de nuestro país,
es decir, mediante la transmisión de la lengua nacional vasca al
conjunto de la población de Euskadi. Esta será la única situación
de bilingüismo auténticamente revolucionaria. El resto de las
soluciones proyectadas para la resolución del problema lingüístico
y cultural vasco, representadas por programas tales como "bilingüismo
de opción" y otros -rebosantes de formulaciones tan vagas y
abstractas como "libertad para el Euskara"- rehúyen el
enfrentamiento con la raíz de tal cuestión. En efecto, tales
programas, no apoyando la total y competa euskerización del Pueblo
de Euskadi, no logran extraer a la lengua nacional vasca de la
situación de inferioridad en que se encuentra, limitándose a
mejorar, pero no a acabar con tal estado de cosas.
Quienes
preconizan soluciones de tal género parecen olvidar que sus
ciertamente modestos objetivos dejarían al Euskara en situación de
diglosia respecto al Español (o Francés), colocándose de este
modo en franca contradicción con sus proyectos iniciales de paridad
e igualdad revolucionaria para nuestra lengua nacional. (Diglosia:
situación en la que, a pesar de la libre coexistencia e igualdad
formal
entre dos o más lenguas, una de ellas conserva un puesto
privilegiado en base a su importancia y frecuencia de uso -heredadas
de situaciones de desigualdad anteriores-, manteniendo prácticamente
en situación de inferioridad y opresión al resto de las lenguas, en
franca contradicción con el bilingüismo oficial. La diglosia, que
perpetúa las desigualdades y opresiones nacionales, es la situación
dominante hoy en Lituania, Moldavia y otras repúblicas no-rusas de
la URSS.)
Por otra parte, cada lengua confiere una visión del mundo y de la sociedad particular, distinta. Ciertamente que tal estructuración del pensamiento queda relegada a un segundo plano por la aportación resultante de la pertenencia a una determinada clase; es decir, el entramado mental mediante el cual descomponemos e interpretamos de una forma determinada la realidad tiene un origen principal en nuestra extracción de clase. Pero decimos principal y no único, porque la contribución de la lengua, a pesar de tener un carácter secundario, no puede despreciarse, a riesgo de caer en la liquidación pura y simple de la impronta nacional de cada proletariado. Tal visión nos desmarca así mismo del esencialismo lingüístico, puesto que afirmando que dicho entramado mental no es aséptico a la lucha de clases, superamos el error idealista de sublimar el papel de la lengua en base a la abstracción del rol que juega cada clase.
Por otra parte, cada lengua confiere una visión del mundo y de la sociedad particular, distinta. Ciertamente que tal estructuración del pensamiento queda relegada a un segundo plano por la aportación resultante de la pertenencia a una determinada clase; es decir, el entramado mental mediante el cual descomponemos e interpretamos de una forma determinada la realidad tiene un origen principal en nuestra extracción de clase. Pero decimos principal y no único, porque la contribución de la lengua, a pesar de tener un carácter secundario, no puede despreciarse, a riesgo de caer en la liquidación pura y simple de la impronta nacional de cada proletariado. Tal visión nos desmarca así mismo del esencialismo lingüístico, puesto que afirmando que dicho entramado mental no es aséptico a la lucha de clases, superamos el error idealista de sublimar el papel de la lengua en base a la abstracción del rol que juega cada clase.
Afirmamos entonces que nuestra realización
total e integral, como trabajadores vascos solamente será posible
cuando se nos devuelvan íntegramente los mecanismos de apropiación
lógico-simbólicos que se nos han arrebatado, cuando contrarrestemos
los efectos de la opresión recuperando totalmente la manera de ver e
interpretar la realidad vasca (euskaldun),
desde
una óptica indudablemente comunista.
Todo ello implicaría un
inmenso y gigantesco esfuerzo cultural: construcción de ikastolas
revolucionarias en todos y cada uno de los rincones de nuestro país,
encauzamiento revolucionario al Euskara de toda la clase trabajadora
y del resto del Pueblo de Euskadi partiendo de una situación de
diglosia respecto a nuestra lengua, unificación literaria del
Euskara, implantación de métodos pedagógicos revolucionarios en
las ikastolas populares, programación de planes de enseñanza
populares vascos, edificación de una Universidad Popular Vasca,
alfabetización de los euskara-parlantes, analfabetos, etc... Este
programa -que supondría la efectiva re-euskarización de Euskadi- no
puede ser llevado a cabo sino desde una perspectiva que asuma
íntegramente la verdadera colosal dimensión del problema cultural
vasco.
Y para ello es necesario un Estado Socialista
Vasco.
Porque en un Estado Socialista Español que englobase a
Euskadi Sur la solución de este inmenso problema se vería muy
posiblemente condicionada a la de problemas de carácter básico,
primario como el subdesarrollo de las zonas marginadas, la elevación
del nivel de vida del Pueblo español, el desarrollo de las fuerzas
productivas, etc... Todo ello podría conllevar la postergación de
la solución a la cuestión vasca hasta la resolución de tales
problemas. Por otra parte, no existen garantías de que las
organizaciones revolucionarias que empuñasen los mandos de tal
Estado comprendieran en su verdadera dimensión nuestro problema
nacional y obrasen en consecuencia. De hecho, los programas de las
actuales vanguardias españolas cara a la cuestión vasca no
contienen sino soluciones parciales e incompletas que -si bien a
ellas les parecen satisfactorias- nos conducirán inevitablemente a
la diglosia.
Todo ello posiblemente acarrearía funestas
consecuencias cara a las relaciones entre ambos pueblos: no tardarían
en aparecer corrientes de chovinismo vasco anti-español entre el
Pueblo de Euskadi, como lógica y legítima reacción a la presumible
consternación de la solución de nuestro problema nacional. Tales
corrientes no tardarían en generalizarse y consolidarse como
consecuencia de la frustración que para todo nuestro Pueblo
supondría ver injusta y definitivamente diferida la solución a su
problema nacional -problema auténticamente importante para él como
ha quedado patentizado en mil ocasiones- mediante la aplicación de
los incorrectos programas que las vanguardias españolas tienen
preparados para la resolución de la cuestión vasca.
Para evitar
todo ello, es decir, tanto para no demorar un instante la resolución
a
consecuencia
del problema nacional vasco en su faceta cultural, como para por ello
mismo poder abortar toda posible erupción de chovinismo de funestas
consecuencias y resultados para la Revolución Proletaria Vasca y
Española, creemos que nuestro Pueblo debe optar -y el Pueblo Español
debe comprenderlo así- por la independencia como única vía que
garantice totalmente (es decir: sin lugar a dudas) la resolución
correcta y completa a su problemática específica.
Por
ello estamos por un Estado Socialista Vasco.
Existe
así mismo otra realidad que -a nuestro entender- apoya la lucha por
un Estado Socialista Vasco: el hecho de que el problema nacional
vasco desborda los marcos estatales español y francés; en ambos
casos, existe una franja de territorio vasco que queda fuera de sus
respectivos dominios, englobado en uno y otro caso dentro del
entramado estatal vecino. Tal problemática no es asumida por ninguna
de las vanguardias revolucionarias de España o Francia: para las
primeras, el hecho nacional vasco se circunscribe exclusivamente a
Euskadi Sur o, en ciertos casos, a Bizkaia, Araba y Gipuzkoa; para
las segundas, a Euskadi Norte, cuando no consideran que tal problema
es inexistente.
Euskadi Norte con 200.000 habitantes, vive
marginada social y económicamente por la política económica
parisina, condenada a desaparecer como comunidad nacional en el marco
político-cultural-económico del Estado Francés; la situación de
pobreza y abandono en que la parte norte de nuestro país se
encuentra es consecuencia de una larga serie de trabas estructurales
y no meramente coyunturales. Es decir: los flujos económicos
determinantes de tal situación tienen un carácter profundo,
estable.
Por
otra parte, la incomprensión de la problemática nacional de Euskadi
Norte por parte de las vanguardias francesas es total. No se trata
pues de concepciones erróneas, de asumir sólo parcialmente la
complejidad de nuestro problema específico -como sucede con las
vanguardias españolas-, sino de la liquidación pura y simple de tal
problema, considerándolo inexistente.
Por
ello, el Pueblo Vasco del Norte ha comprendido que no tiene sino una
alternativa de liberación y realización: éstas serán posibles
únicamente en el marco de un Estado Socialista Vasco que englobe a
Euskadi Norte y Sur en un aparato político único; todas sus
esperanzas de desarrollo social y nacional están centradas pues en
el empuje que les ofrecería el impulso y la potencia de Euskadi
Sur.
Ello implicaría la ruptura de la unidad forzada de mercado
impuesta por la oligarquía española, con vistas a la estructuración
y articulación de nuevos flujos y circuitos económicos orientados hacia
Euskadi Norte que garantizasen su permanencia y realización como
comunidad social; lo que exigiría una autonomía total por nuestra
parte, trabajadores de Euskadi Sur, en materia de política
económica. Y tal independencia a la hora de las decisiones sobre la
orientación de nuestras posibilidades económicas presupone un Poder
Político Propio e Independiente, un Estado en manos de los
trabajadores de Euskadi, un Estado Socialista Vasco.
(Esto de
ningún modo significa -y quien así lo entienda se equivoca- un
corte radical con todos los hilos económicos que hoy nos unen al
resto del Estado español, movidos por el ánimo de abandonarlo a su
suerte, guardando para nosotros solos todo el potencial económico de
Euskadi: tal actitud sería indigna de comunistas, por chovinista,
burguesa y anti-internacionalista. Nuestra obligación como
revolucionarios es volcarnos en colaborar a la edificación del
socialismo allí donde necesiten nuestra ayuda. Por ello, los otros
Pueblos del Estado, por su situación inferior y problemático
desarrollo, junto con lo que habrán supuesto para nuestra propia
liberación, deben recibir todo el apoyo del Pueblo Vasco.)
Este
es nuestro segundo argumento en pro del Estado Socialista Vasco.
El
Estado Socialista Vasco -por fin- no tendrá una existencia perpetua:
lo necesitaremos únicamente mientras estemos empeñados en la
resolución de nuestro problema nacional y en la reconstrucción
económica y social de Euskadi Norte. Una vez cumplidas estas tareas,
la existencia de un Estado autónomo para el Pueblo Vasco habrá
dejado de tener sentido.
A consecuencia de ello, en tal momento nuestro deber internacionalista será unirnos en pie de igualdad con todos los pueblos y proletarios del mundo -comenzando por los más próximos- para proseguir la edificación de la sociedad mundial sin clases.
A consecuencia de ello, en tal momento nuestro deber internacionalista será unirnos en pie de igualdad con todos los pueblos y proletarios del mundo -comenzando por los más próximos- para proseguir la edificación de la sociedad mundial sin clases.
Como revolucionarios comunistas que somos, luchamos
contra toda opresión; luchamos pues contra la opresión nacional. Y,
por eso mismo, estamos por la Independencia de Euskadi, por un Estado
Socialista Vasco. Lo único que nos mueve a ello es la convicción
plena de que de otro modo no obtendremos la respuesta correcta a la
cuestión que nos plantea nuestra existencia como Pueblo Vasco
oprimido, explotado y dividido.
Absolutamente esto y nada
más.
¿Quién puede dudar de que obrando así no pretendemos sino ser revolucionarios honrados?
¿Quién puede dudar de que obrando así no pretendemos sino ser revolucionarios honrados?
ya podian leer esto los bildurris
ResponderEliminaro los de EHS también
ResponderEliminarEsta imagino que era la rama de ETA que se cargaron los radicales que finalmente se hicieron con el poder en ETA no? Es decir en la peli "Lobo" este texto sería el que proponía el hombre que interpretaba Jorge Sanz, que finalmente mató el aparato militar de ETA. Digo esto como pregunta, a ver si me lo podeis aclarar
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