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sábado, 7 de septiembre de 2013

Diario de Navarra trata (con gran comprensión) sobre las organizaciones ''más radicales que Sortu''

transcrito de Diario de Navarra (25 de agosto de 2013)


Más radicales que Sortu

El autor señala que las filas de disidentes se nutren de los que no están de acuerdo con la renuncia del terrorismo y de los que creen que Sortu ha renunciado a los principios revolucionarios

Florencio Domínguez (es doctor en Ciencias de la Información y experto en asuntos de terrorismo)

El indiscutible éxito electoral de las coaliciones organizadas entorno a la antigua Batasuna a partir de 2011 deslumbró a propios y extraños. La vuelta de la izquierda abertzale a las instituciones resultó espectacular. Primero en las elecciones municipales, después en las generales y, por último, en las autonómicas vascas.
Mucha gente se desmoralizó cuando vio que unas listas que tenían como núcleo principal al partido que había sido el brazo político de ETA, connivente con el terrorismo durante décadas, recibía un respaldo en las urnas tan importante, sin pagar un precio por sus responsabilidades pasadas. Además, se incurrió en el error de comparar los resultados de las coaliciones electorales (Bildu o Amaiur) directamente con los que había tenido Batasuna en el pasado, sin tener en cuenta que en esas listas había otros componentes, como EA o Aralar, que tenían también su respaldo electoral y social.
Los votos del nacionalismo radical (Batasuna, EA, Aralar) estaban ahí, solo que agrupados por familias. Por eso, cuando se sumaron en 2011 los resultados fueron importantes porque agruparon electorados que hasta entonces se expresaron por separado. Pero ni siquiera llegaron a sumar todos los que tenían por separado: cuando Aralar se sumó a la coalición que ya tenían Batasuna y EA, los votos totales se quedaron por debajo de la suma que de los apoyos que tenía la coalición, por un lado, y Aralar, por otro.
En cualquier caso, los triunfos electorales deslumbraron y facilitaron que no se vislumbraran desde fuera los problemas que ha tenido Batasuna en su reconversión en Sortu. Una parte de la militancia de la formación ilegalizada se quedó fuera del proceso que llevó a la creación del nuevo partido, tal vez por desacuerdos, tal vez por falta de motivación o por simple indiferencia. Los críticos con el proceso de reconversión que ha dado lugar a Sortu reprochan a los dirigentes de este partido, que en su mayoría son los mismos que los del anterior, haber dejado en el camino a una parte de la militancia, sin ganar nuevo respaldo a cambio.
Las filas de los disidentes se nutren de los que no están de acuerdo con la renuncia al terrorismo y de los que creen que Sortu se ha convertido en un partido integrado en el sistema burgués y que ha renunciado a los principios revolucionarios. Los desacuerdos con la línea dominante en Sortu se han traducido en la aparición de grupúsculos que están buscando crecer a cosa de los sectores tradicionales de apoyo a la izquierda abertzale. No son grupos de gran proyección pública ni de gran predicamento, pero están tratando de minar a Sortu.
La facción que más inquieta a los dirigentes de Sortu es un grupo denominado Comités revolucionarios, Iraultzen Bilguneak (IBIL), aparecido en el mes de octubre del pasado año. Algunos de los impulsores más destacados de IBIL operan desde Navarra.
Este grupo, que defiende la idoneidad de “todas las formas de lucha”, reprocha a Batasuna haber renunciado a la “revolución socialista vasca”, integrándose en el sistema capitalista. Consideran que la promesa de un Estado vasco a cambio de abandonar las armas y “la estrategia político militar” ha atraído a muchos independentistas, pero critican que se trate de un “Estado vasco burgués”.
IBIL se ha mostrado como el de mayor intensidad de proselitismo dentro de la izquierda abertzale y ello ha inquietado tanto a los dirigentes de Batasuna-Sortu como a la propia ETA que han interpretado su actividad como una amenaza para la línea política dominante.
Reproches parecidos a los de IBIL formula otra organización, Kimetz, que se define como comunista y marxista leninista. Este grupo no es reciente ya que se constituyó en el año 2000. Sus miembros creen que ha habido una claudicación de la izquierda abertzale que se ha subordinado a la burguesía y que con la conferencia de Aiete “se escenifica claramente y de la mano de los representantes del imperialismo internacional la finalización de la etapa de confrontación con el Estado y su bendición a la integración de la izquierda abertzale en el selecto club de las organizaciones del sistema”.
Sortu, además, lleva pugnando los dos últimos años por hacerse con el control de los presos, algo a lo que se resisten algunos abogados habituales de los etarras y los componentes de un núcleo denominado comité de coordinación que tradicionalmente se han ocupado de canalizar las relaciones de los reclusos con el exterior y de asegurarse el control político de los internos. Los diversos intentos de la antigua Batasuna por extender su estrategia y control hasta los presos se han visto obstaculizadas por este foco.
Hoy por hoy estos núcleos sólo representan piedras en el zapato de la izquierda abertzale, pero sus dirigentes no los pierden de vista para que en el futuro no sean un problema mayor.

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