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lunes, 14 de enero de 2013

El inmovilismo del Estado colombiano ante la participación popular impulsada por la guerrilla

Pospolo kutxa, 4. zenbakia (1º trimestre 2013 1. hiruhilekoa)


Internacionalismo

El inmovilismo del Estado colombiano
ante la participación popular impulsada por la guerrilla

      En el anterior número dábamos cuenta del inicio de las conversaciones entre el Estado colombiano y las FARC-EP. Ahora informaremos telegráficamente del desarrollo de las mismas y  reflexionaremos a cerca de las verdaderas intenciones de cada una de las partes.
      El 19 de noviembre, ante la sorpresa general, y dejando claras sus intenciones y deseos, las FARC dan lectura a un comunicado en el que se informa de un alto el fuego unilateral consistente en el cese de todas las acciones militares ofensivas y sabotajes contra  infraestructura pública y privada desde las 00.00 horas del 20 de noviembre hasta el 20 de enero a la misma hora. En dicho comunicado, se hacía un llamamiento al gobierno para que hiciera lo propio, a la vez que se anunciaba que este gesto era tanto una respuesta al deseo mayoritario del Pueblo colombiano como una clara muestra de que ellos no son guerreristas. En el mismo, se reservaban el legítimo derecho a la defensa.
      Pocos días después, se iniciaban los acercamientos sobre el primer punto de la agenda acordada: la cuestión agraria.
      Tanto gobierno como guerrilla crearon espacios para que el Pueblo pudiera hacer llegar sus  propuestas así como la realización de un foro público sobre dicho tema para mediados de diciembre en la capital, Bogotá.
      La guerrilla dejó claro desde un principio que eran éstas, precisamente, las propuestas del Pueblo, las que más le interesaban, e hizo un llamamiento a toda la población, pero especialmente a los sectores más desfavorecidos y excluidos de ella  (indígenas, mujeres, personas con discapacidad...) a participar en toda iniciativa que tuviera que ver con esta cuestión.
      A la vez que las FARC escuchaba e invitaba a participar en los diálogos al  Pueblo, el Ejército daba buena cuenta de sus prioridades. Fue el 3 de diciembre, cerca de la frontera con Ecuador. Bombardeó un campamento insurgente asesinando a 20 guerrilleros.
      Mientras que la guerrilla ha explicado cada acción armada habida desde el 20 de noviembre (que no han pasado de cuatro, siempre en el ejercicio del derecho a la autodefensa), el Ejército pone bien a las claras que sus ansias guerreristas no conocen de procesos, y no hacen caso alguno al deseo mayoritario de paz del Pueblo colombiano.
      Es de destacar también el papel de los medios de comunicación, que  a pesar de los continuos llamamientos realizados por la guerrilla a la objetividad en sus informaciones, no cesan de hacer gala de una actitud claramente subjetiva dejando claro que están de parte de las autoridades colombianas.
      Veremos pues cómo se desarrollan las iniciativas tanto populares como las convenidas entre guerrilla y gobierno  en pro de dicho proceso, pero las FARC ya constatan la falta de voluntad  de la otra parte para avanzar hacia una solución real, si bien no desisten en su empeño, mientras que está quedando bien claro a ojos de todos los Pueblos del mundo la actitud por parte del gobierno.

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