Carta de Paco Cela Seoane:
Prisión de Villanubla, Valladolid. Octubre 2012
Ese Coleguita:
¿O
debería decir abuelín con eterno e incombustible espíritu de adolescente?. Al
menos, joven, ya puedes decir que has sobrevivido al carcamal de Carrillo para
darte el lujazo de bailar sobre su tumba. Esta noche, mira tú que cosas, he
soñado que los maquis, por las cunetas, se afanaban en engrasar las metralletas
para hacerle el Recibimiento que tan ilustre personaje se merece.
Pues ya ves, coleguita, como estaba
cantado, el supremo nos ha confirmado la sentencia, me han clasificado en primer
grado y me han dejado en este Oasis de paz y tranquilidad, tanta que me aburro
como una ostra. Basta que estés hasta el mismo gorro de una cárcel para que te
dejen en ella por aquello de que si no quieres una taza de caldo, toma dos.
Ah, cabronazo, pero como me conoces.
Anda y que se jodan los puñeteros achaques y avanti con la vidilla de los
crápulas, que en las breves vacaciones que tuve en la calle ¡anda y que no gocé
de los buenos caldos del Albariño, del licor café y demás sustancias tóxicas que
son las que iluminan la vida de magia!. A ver, Chiquitín, a ver, hazle caso a
quien sabe, eh, y suéltate el flequillo, que para que se lo coman los gusanos
mejor lo disfrutamos los cristianos. Ves, ves, he, como el valguis aplaude hasta
con las orejas. Por cierto, si cuando vaya me vas a invitar a Montilla ya puedes
ir ahorrando que, créeme, soy como un barrigón pero sin fondo.
Pero hombre, hombre, por san Lenin
bendito, ¿pero es que tú no tienes ni chispita del sentido del ridículo?. Sí,
sí, lo digo por la foto donde sales disfrazado de romano. ¡Pero qué valor, pero
qué osadía, pero qué desparpajo!. Eso sí, las cerámicas chulís, chulís. Y tu
compita pero guapísima. Que cierto que el amor es ciego, ¡que mira que ir a
cargar contigo!.
Lo que no me dirás es que no te
divierte ver como al circo de los peperos le crecen los enanos y como los leones
se le vuelven travestís. ¡Y va la burguesía catalana y se enfunda el traje de
pirómana!. Que sí, que esta vez, que van en serio, que es ahora o nunca. A la
desesperada, claro, porque es la independencia o fenecer como clase entre los
colmillos de la oligarquía española.
De lo que no hay duda es que se dan
situaciones muy favorables para esos procesos. La debilidad del Estado español
es clamorosa justo cuando el bloque imperialista alemán y el yanqui se están
disputando abiertamente los mercados y las modernas fuerzas productivas de los
países del sur de Europa. Lo cual va a facilitar muy mucho que la burguesía
catalana pueda recabar el apoyo de alguna de las grandes potencias para poder
llevar la independencia a buen puerto.
Por otra parte, la crisis
en que se ahoga el estado tiene un carácter sísmico, una profundidad abismal. El
régimen de la transición no da más de sí, está completamente agotado. Todas las
instituciones (monarquía, gobierno, parlamento, partidos, sindicatos,
judicatura, medios de comunicación, etc) sufren el más bárbaro de los
descréditos. Su aislamiento social es realmente pavoroso. Se van a producir
estallidos sociales y la lucha de clases se va a extender como un reguero de
pólvora. En estas condiciones, realmente, la secesión de Cataluña sería una
catástrofe de consecuencias incalculables para la oligarquía. Tanto que el
Estado español se convertiría en inviable y estaría condenado a ser pasto de los
voraces apetitos de las potencias imperialistas. Todo lo cual generaría una
crisis revolucionaria de tal magnitud que en la situación general se produciría
un giro copernicano favorable a los intereses del proletariado.
Evidentemente que el Estado español va
a reaccionar, que en el envite le va su ser o no ser. Pero su problema, su
tragedia es que apenas cuenta con margen de maniobra. ¿Sería razonable pensar
que la burguesía catalana diera el paso hacía la independencia con todas las
implicaciones y consecuencias que conlleva, si no contase con el respaldo de
alguna de las grandes potencias?. ¿Y quien fue en pleno corazón de Europa le
prendió fuego a los Balcanes, por cierto, con el aplauso entusiasta del Estado
Español?. ¿Y qué le hace suponer a la Oligarquía española que la historia no le
tenga reservada exactamente la misma suerte?.
Pero es que, además, para poder adoptar
alguna medida destinada a abortar la secesión, el Estado Español tendría que
contar con un mínimo respaldo social. ¿Y para seguir oprimiendo al pueblo
Catalán, Vasco o Gallego, el Estado va a reclamar el apoyo de una sociedad a la
que somete a condiciones de esclavitud con salarios de hambre?. Hay tía Felisa,
que risa.
Cierto que, como último recurso, tiene
la baza de sacar los tanques de forma preventiva para abortar ese peligro o
suspender la autonomía, que en el fondo es lo mismo. Por cierto, algo plenamente
democrático, no por casualidad el ejército tiene constitucionalmente encomendada
la defensa sacrosanta de la unidad de España. Pero esta opción conlleva el
altísimo riesgo de convertir al Estado español en un teatro de operaciones de
primer orden en la lucha de los distintos Bloques Imperialista por un nuevo
reparto del mundo. Amén de que la crisis revolucionaria que se generaría
desembocaría en guerra civil abierta.
Pero de lo que no hay duda es que la
contradicción entre el Estado imperialista y fascista español con las
nacionalidades oprimidas se va a agudizar al extremo.
Y se resuelva esta
contradicción como se resuelva (con una independencia más o menos pacífica o con
una intervención militar preventiva) el resultado va a ser lo mismo o muy
similar: Un dramático debilitamiento y en todos los órdenes del Estado español y
un extremo recrudecimiento de la lucha de clases que facilitaría y aceleraría la
recomposición del movimiento MOV. POLI. de RESIS y de su vanguardia política,
así como la formación de un amplio y extenso movimiento de masas. Una crisis que
se llevaría por delante a la corona y abocaría a un cambio de Régimen. Por eso,
ante esta perspectiva, ¿Quién es el ingenuo que se va a sorprender por un
incremento brutal de la represión y el terrorismo de Estado? ¿Acaso el Estado le
queda alguna otra baza que jugar?. La cuestión no es si van o no a jugar a fondo
la baza represiva. La cuestión es por cuanto tiempo ese dique va a contener la
avalancha que se le viene encima.
Los acontecimientos se precipitan. El
llamado Rescate ya llama a la puerta con la nueva sarracina de recortes. El
otoño más que caliente se anuncia incendiario. En octubre elecciones en Galicia
y País Vasco. En Galicia abstención cercana al 50% y varapalo del PP y PSG, que
agravará la crisis de legitimidad y representatividad al nivel de todo el
Estado. En el País Vasco, subida espectacular de las fuerzas soberanistas que se
sumará a la ola catalana y se convertirá en marea, riada. El 20 de este mes,
reunión de Rajoy con Mas. Imposibilidad del Pacto fiscal. Cataluña abocada a
elecciones anticipadas. Y CIU sin margen de maniobra, si no quiere verse
marginada y desangrarse electoralmente (lo que llevaría a la burguesía catalana
a perder toda opción de controlar y dirigir el proceso) tendrá que presentarse
con un Programa para la Independencia. Es decir, esas elecciones se convertirán
en un plebiscito, en un Referéndum de hecho. Composición del nuevo Parlamento
Catalán: un 75% de fuerzas independentistas y 25% de fuerzas españolistas. ¿Y
que podrá evitar que ese nuevo Parlamento proclame unilateralmente la
Independencia de Cataluña.
Y el previsible desarrollo de estos
acontecimientos abocaría también al Estado a un adelanto de las elecciones
generales a lo largo del 2013. La abstención rondaría o superaría e incluso el
45%, un PP descalabrado; un PSOE hundido, forzados a formar un gobierno de
Salvación Nacional para, juntitos y revueltos quemarse a lo bonzo en el Bunker
de la Moncloa.
Siga la secuencia de
acontecimientos esta vía u otra, que en el fondo serán muy similares, el
resultado conduce al mismo lugar: ¡a la más completa bancarrota política del
Estado y a la generación de una situación revolucionaria!. La oligarquía se
había creído que iba a poder vivir tan ricamente instalada permanentemente en la
crisis y, claro, despertar ahora a la cruda realidad le va a resultar de
infarto.
No obstante, el Estado lo va a fiar
todo a una sola y única carta: que el carácter semiespontáneo del movimiento, su
actual desorganización, la dispersión de sus fuerzas, la carencia de un Programa
Democrático Común, su todavía bajo nivel de conciencia política, la falta de
claridad en los objetivos, etc. lo lleve a estrellarse contra el muro y el dique
represivo que el Estado le va a poner enfrente. Este es un riesgo que no se
puede infravalorar como demuestra la experiencia Griega. Por eso, lo
prioritario, lo urgente, donde hay que centrar todas las energías es en la
recomposición del MOV. POLIT. de RESISTENCIA y muy especialmente en el
fortalecimiento de su vanguardia política.
Pues esto va a ser todo por hoy, que no
es poco. Además, tampoco quiero fundirte ese cuarto de neurona que te queda. Un
abrazo de Oso Cabernario ¡nos vemos! ¡salud!.
Paco.
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