tomado de pospolo kutxa, 2. zenbakia (mayo-junio 2012 maiatza-ekaina)
Internacionalismo
India: casi medio siglo de guerra popular
Así
como nuestro pueblo lucha desde hace más de 50 años por liberarse
tanto nacional como socialmente contra dos Estados, el español y el
francés; es necesario que no perdamos de vista la lucha de otros
muchos pueblos que batallan bravamente por sacudirse del yugo de la
opresión.
En este segundo número
que dedicamos al internacionalismo, queremos hacer hueco a la pelea
de un pueblo, el indio, ya que no es que sea publicitada en exceso, y
creemos que debe ser tenido muy en cuenta el proceso de la India,
dado el alto grado de concienciación de dicho pueblo, así como la
implicación en la pretensión de llevar adelante esta lucha de un
partido comunista, el PCI (Maoísta).
Ya hace 45 años desde
aquél 1967 en el que obreros y campesinos de la región de Naxalbari
(de ahí que se denomine Naxalita a la revolución india)
provistos de armas rudimentarias, palos y machetes, se levantaran
contra el gobierno imperialista de la India. Rompían así con la
pasividad reinante en el movimiento comunista indio, poniendo en
primer plano la necesidad de la lucha armada para derrocar a dicho
Estado.
Después de algunas
escisiones y partidos comunistas con sus respectivas estrategias
político-militares, finalmente el 21 de septiembre del 2004 se
declaró la formación del Partido Comunista de la India (Maoísta),
fruto de la unión de dos fuerzas políticas: el Centro Comunista
Maoísta de la India y el Partido Comunista de la India
(Marxista-Leninista).
Una de las cosas que más
nos llama positivamente la atención es la labor que los maoístas
desempeñan en lo que se conoce como zonas liberadas (bajo su
control) y orientadas y guiadas para conseguir el bienestar de las
masas:
la construcción de
hospitales, el acercamiento de la medicina a todo el pueblo, la
alfabetización, el fomento de la organización popular en barrios,
distritos, aldeas... la organización de servicios de seguridad y
contraespionaje, la concienciación en favor del medio ambiente.
Esto no lo puede permitir
el gobierno indio, que dedica millonadas a campañas de desprestigio
en la prensa, hablada y escrita, para poner en contra de los maoístas
a los aldeanos y pobladores.
Pero la realidad es
terca, acaba imponiéndose, y el pueblo termina por comprobar que no
son más que falacias lo vertido por dichos medios, al verificar que
la única ayuda que reciben no proviene del Estado, sino de los
pretendidos malvados maoístas.
Si bien en los momentos
actuales se puede intuir una lucha de dos líneas en el interior de
dicho partido, una tendente a la paulatina claudicación y otra que
pretende seguir llevando a cabo la lucha como hasta ahora, confiamos
en que la justeza de la segunda opción acabe por imponerse, dado
nuestro deseo de que la India alcance la independencia de manera
honrada, engrosando así la lista de países a imitar.
Si bien mantenemos
importantes diferencias ideológicas con los maoístas, esto no nos
impide (haciendo uso del internacionalismo proletario) expresar desde
aquí nuestro apoyo político y solidaridad con la guerra popular en
la India.
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