¿Sabías que...
... en muy pocas de las ediciones de la obra poética de Miguel Hernández (y en ninguna anterior a 1980) figuran estas dos canciones, porque el poeta comunista las escribió para ser cantadas y no leídas. Las musicó su amigo el gran compositor internacionalista Lan Adomián en Valencia en 1938.
Adomián, que dedicó su Segunda Sinfonía La Española a los luchadores internacionalistas en el campo republicano, compuso la música para Las Puertas de Madrid en Allegro Assai 132, y La guerra, madre: la guerra, en Andantino con molto 110. Las recuperó la viuda de Lan, María Teresa Toral de Adomián.
Las puertas de Madrid
Las puertas son del cielo
las puertas de Madrid.
Cerradas por el pueblo
nadie las puede abrir.
El pueblo está en las calles
como una hiriente llave.
La tierra a la cintura
y a un lado el Manzanares.
Ay río Manzanares
sin otro manzanar
que un pueblo que te hace
tan grande como el mar.
La guerra, madre: la guerra
La guerra, madre: la guerra.
Mi casa sola y sin nadie.
Mi almohada sin aliento.
La guerra, madre: la guerra.
La vida, madre: la vida.
La vida para matarse.
Mi corazón sin compaña.
La guerra, madre: la guerra.
No suenan los hondos pasos
en mi alma y en mi calle.
Cartas moribundas, muertas.
La guerra, madre: la guerra.
Cartas moribundas, muertas.
La guerra, madre: la guerra.
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