SEGUNDO CONGRESO DE LAINTERNACIONAL COMUNISTA. Julio 1920.
ESTATUTOS DE LA INTERNACIONAL COMUNISTA
En 1864 fue fundada en Londres la primera Asociación Internacional de Trabajadores, la primera Asociación Internacional. Los estatutos de esta asociación decían:
“Considerando:
Que la emancipación de la clase obrera debe ser lograda sólo por la clase obrera;
Que la lucha por esta emancipación de ningún modo significa una lucha por la creación de nuevos privilegios de clase y de monopolios sino que se trata de una lucha por el establecimiento de la igualdad de derechos y deberes y por la supresión de toda dominación de clase;
Que la sumisión del hombre al trabajo bajo el régimen de los poseedores de los medios de producción (es decir de todos los recursos vitales) y la esclavitud bajo todas sus formas son las causas principales de la miseria social, de la degradación moral y de la dependencia política;
Que la emancipación económica de la clase obrera es en todas partes el objetivo esencial al que todo movimiento político debe ser subordinado como un medio;
Que todos los esfuerzos tendientes a lograr ese gran objetivo fracasaron a causa de la falta de solidaridad entre los trabajadores de los diferentes sectores de trabajo en cada país y de una alianza fraterna entre los trabajadores de los diferentes países;
Que la emancipación no es un problema local o nacional sino un problema social de todos los países donde existe el régimen social moderno y cuya solución depende de la colaboración teórica y práctica de los países más avanzados; que la renovación actual simultánea del movimiento obrero en los países industriales de Europa despierta en nosotros por un lado nuevas esperanzas pero por el otro significa una solemne advertencia para no caer en viejos errores, y nos convoca a la coordinación inmediata del movimiento que hasta ahora no era coherente…”
La II Internacional, fundada en 1889 en París, fue la encargada de continuar la obra de la I Internacional. Pero en 1914, al comienzo de la guerra mundial, sufrió un crac total. La II Internacional murió, corroída por el oportunismo y abatida por la traición de sus jefes, que se pasaron al campo de la burguesía.
La III Internacional Comunista, fundada en marzo de 1919 en la capital de la República Socialista Federativa de los Soviets, en Moscú, declaró solemnemente a la faz del mundo que ella se encargaba de proseguir y acabar la gran obra emprendida por la I Internacional de los Trabajadores.
La III Internacional comunista se constituyó al final de la matanza imperialista de 1914-1918, durante la cual la burguesía de los diversos países sacrificó veinte millones de vidas.
¡Acuérdate de la guerra imperialista! Estas son las primeras palabras que la Internacional Comunista dirige a cada trabajador, cualquiera que sea su origen y su lengua. ¡Recuerda que, debido a la existencia del régimen capitalista, un puñado de imperialistas tuvo durante cuatro largos años la posibilidad de obligar a todos los trabajadores del mundo a degollarse! ¡Recuerda que la guerra burguesa sumió a Europa y al mundo entero en el hambre y la indigencia! ¡Recuerda que sin la liquidación del capitalismo, la repetición de esas guerras criminales no sólo es posible sino inevitable!
La Internacional comunista se fija como objetivo la lucha armada por la liquidación de la burguesía internacional y la creación de la república internacional de los soviets, primera etapa en la vía de la supresión total de todo régimen gubernamental. La Internacional Comunista considera la dictadura del proletariado como el único medio disponible para sustraer a la humanidad de los horrores del capitalismo. Y la Internacional Comunista considera al poder de los soviets como la forma de dictadura del proletariado que impone la historia.
La guerra imperialista creó un vínculo particularmente estrecho entre los destinos de los trabajadores de un país y los del proletariado de todos los otros países.
La guerra imperialista confirmó una vez más la veracidad de lo que podía leerse en los estatutos de la I Internacional: la emancipación de los trabajadores no es una tarea local ni nacional sino una tarea social e internacional.
La Internacional Comunista rompe para siempre con la tradición de la II Internacional para la cual, en los hechos, sólo existían los pueblos de raza blanca. La Internacional Comunista fraterniza con los hombres de raza blanca, amarilla, negra, con los trabajadores de toda la tierra.
La Internacional comunista apoya, integralmente y sin reservas, las conquistas de la gran revolución proletaria en Rusia, de la primera revolución socialista de la historia que resultara victoriosa e invita a los proletarios del mundo a marchar por el mismo camino. La Internacional Comunista se compromete a sostener por todos los medios a su alcance a toda república socialista que sea creada en cualquier lugar de la tierra.
La Internacional Comunista no ignora que, para conseguir la victoria, la Asociación Internacional de los Trabajadores, que combate por la abolición del capitalismo y la instauración del comunismo, debe contar con una organización fuertemente centralizada. El mecanismo organizado de la Internacional Comunista debe asegurar a los trabajadores de cada país la posibilidad de recibir en todo momento, por parte de los trabajadores organizados de otros países, toda la ayuda posible.
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