Páginas

lunes, 7 de noviembre de 2011

Biografía del vietnamita Ho Chi Minh

HO CHI MINH (1890-1969)

     Primero hablaré del Partido: gracias a su estrecha unidad y su total consagración a la clase obrera, al pueblo y a la patria, nuestro Partido ha podido, desde su fundación, unir, organizar y dirigir a nuestro pueblo en una ardiente lucha, y llevarlo de victoria en victoria.
      Nació en Annam el 19 de mayo de 1890. Su verdadero nombre era Nguyen Tat Than, pero la clandestinidad en que vivió siempre, le obligó utilizar más de cien apodos diferentes para escapar de la persecución policial. El nombre de Ho Chi Minh significaba El que ilumina; otras veces se hizo llamar Nguyen Ai Quoc, El patriota.
      Era hijo de un médico herborista de Nghe An que ya luchaba contra el colonialismo francés, que había invadido Vietnam en 1860. Estudió en Hué y Saigón, hasta que en 1912 emigró como mozo en un paquebote francés. Fue un largo viaje de dos años de puerto en puerto hasta que arribó a Londres, donde trabajó en el hotel Carlton durante tres años.
      De allí fue a París, donde trabajó como retocador de fotografías. Conoció a Chu En Lai, León Blum, Marcel Cachin y Longuet (sobrino de Carlos Marx), entre otros destacados dirigentes del movimiento obrero internacional. Se afilió al Partido Socialista Francés, en cuyo congreso de Tours votó con la mayoría internacionalista que decidió la adhesión del Partido a la Internacional Comunista. Comenzó a escribir en L'Humanité, y luego fundó el periódico El Paria, donde escribirían los dirigentes revolucionarios de los países coloniales.
      De París se trasladó a Moscú, donde participó en varios Congresos de la Internacional Comunista. Más tarde se trasladó a China como traductor y ayudante de Borodin, consejero del Guomindang en sus relaciones con el Partido Comunista de China.
      Por encargo de la Internacional se integró en la escuela militar de Huangpu, cerca de Guangzhou, para enseñar a las organizaciones comunistas asiáticas el arte de la guerra revolucionaria.
      El director era el coronel Chiang Kaishek y el jefe del departamento político era Zhou Enlai. En la noche del 3 de abril de 1927, cuando Chaing Kaishek traicionó a los comunistas con una enorme matanza, Ho Chi Minh consiguió huir y siguió en la clandestinidad organizando la revolución en Birmania, en China, en Siam, pasando de cárcel en cárcel, de tortura en tortura, impulsando huelgas, motines y levantamientos armados. En 1930 se produjo el levantamiento de Yen Bai, poniendo de manifiesto la necesidad de un destacamento revolucionario capaz de dirigir la lucha popular hasta la victoria.
      Por eso, aquel mismo año Ho Chi Minh fundó en Hong Kong el Tanh Nien o Partido Comunista de Vietnam, pero fue detenido una vez más.
      A finales de la década de los treinta, Vietnam padece un giro importante en su situación, con la sustitución del dominio de los imperialistas franceses por los japoneses, que ocupan el país con 50.000 mercenarios.
      Liberado de la cárcel por los aliados en 1940, regresó a su país 28 años después de haber salido de él. Luchó en la guerrilla durante los cinco años de la ocupación japonesa.
      Para liberar al país de la nueva invasión, funda el Vietnam Doc Lap Dong Minh Hoi, más conocido por Vietminh, o Frente para la Liberación de Vietnam. También crea un ejército guerrillero dirigido por Vo Nguyen Giap, uno de los generales revolucionarios más prestigiosos del mundo.
      Concluida la guerra y derrotados los japoneses, los planes imperialistas para la región no contemplaban la independencia sino un nuevo reparto del mundo, que en el caso de Vietnam suponía que los nacionalistas chinos del Kuomintang ocuparan el norte del país, mientras los ingleses harían lo propio con el sur.
      Pero los franceses querían recuperar sus dominios coloniales y volvieron a ocupar el país, mientras los guerrilleros vietnamitas rechazaban a los chinos en el norte y liberaban aquella zona.
      El 2 de setiembre de 1945 Ho Chi Minh lanzó su llamamiento:
      Cita
      Desde hace más de ochenta años la banda de colonialistas franceses, bajo los tres colores que simbolizan la libertad, la igualdad y la fraternidad, ha ocupado nuestro territorio y oprimido nuestro pueblo [...] Los franceses no nos han dado ninguna libertad política, han instituido una legislación bárbara, han creado más prisiones que escuelas, han ahogado en sangre todas nuestras revueltas, han pisoteado la opinión y utilizado la sangre y el alchohol para embrutecer a nuestro pueblo.
      Final de cita
      El Vietminh organizó la insurrección general, logró la independencia nacional y fundó la República Democrática de Vietnam, un Estado obrero y campesino que trataba de construir el socialismo.
      Pero al retornar los colonialistas franceses se desató una nueva y cruenta lucha del pueblo vietnamita que se prolongó nueve años. El 24 de noviembre de 1946 los franceses bombardearon Haiphng asesinando a más de 6.000 personas y el pueblo reaccionó el 19 de diciembre con una insurrección en Hanoi.
      Los imperialistas comenzaron a retroceder: cae Dong Khi, evacúan Cao Bang, luego Lao Kay, y posteriormente Dinh Lap. Francia claudicó y tuvo que pedir el apoyo de los Estados Unidos. El presidente Eisenhower dijo en 1953: Admitamos ahora que perdemos Indochina. Sucederían varias cosas. La península sería difícilmente defendible. El estaño y el tungsteno de esta región, a los que concedemos tanta importancia, dejarían de llegarnos.
      El apoyo norteamericano no sirvió de nada. En 1954 los franceses son derrotados en la batalla de Dien Bien Fu y, aunque en los acuerdos de Ginebra dividieron el país en dos, Ho Chi Minh se convirtió en jefe del nuevo Estado vietnamita del norte. Dieciocho millones de conciudadanos saludaron a quien había abierto la brecha de la liberación social y nacional. Era el tío Ho.
      A la guerra contra Francia sucedió la guerra contra Estados Unidos, por lo que los vietnamitas derrotaron sucesivamente a tres de las potencias imperialistas más poderosas: Francia, Japón y Estados Unidos. Estos no escatimaron medios de destrucción masiva y bombardearon cruelmente Vietnam del Norte: Derrotados los yanquis -diría Ho- construiremos una patria diez veces más hermosa. Nuestro país tendrá el señalado honor de ser una pequeña nación que, a través de una lucha heroica, ha derrotado a dos grandes imperialismos- el francés y el norteamericano- e hizo una digna contribución al movimiento de liberación nacional. Nunca tuvo un momento de inquietud por la desproporción de fuerzas. Como buen comunista sabía que un ejército popular es superior al mejor ejército moderno. Desde el principio de la intervención americana declaró que los Estados Unidos no serían capaces de soportar una guerra popular prolongada: En la lucha patriótica contra la agresión norteamericana, en realidad tendremos que soportar más dificultades y sacrificios, pero estamos seguros de que obtendremos la victoria total. Esta es una certeza absoluta. Sus predicciones se cumplieron, aunque Vietnam tuvo que soportar años de atrocidades contra su población.
      El territorio fue convertido en campo de experimentación de armas sofisticadas y de criminales bombardeos contra la población indefensa. Tres décadas después de la humillante retirada de Estados Unidos de Vietnam el 30 de abril de 1975, el país aún sufre las secuelas de la agresión. Desde 1961 hasta 1973, el Pentágono arrojó sobre Vietnam y el vecino Laos más de siete millones de toneladas de bombas y 100.000 toneladas de sustancias químicas tóxicas. Sobre Vietnam descargaron más bombas que las arrojadas durante la II Guerra Mundial. En la guerra murieron cinco millones de vietnamitas y 58.000 mercenarios estadounidenses. Tres millones de personas padecen los efectos del agente naranja, un potente defoliante que tenía como objetivo arrasar por completo la jungla del país para aislar a los guerrilleros vietnamitas. Washington lanzó sobre un cuarto del territorio del país unos 80 millones de litros de defoliante y napalm.
      Murió en Hanoi el 3 de setiembre de 1969 sin poder ver culminada la obra de toda una vida dedicada a la revolución. En su testamento dejó escrito: Durante toda mi vida, he servido con todas mis fuerzas y con todo mi corazón a la Patria, a la Revolución y al Pueblo. Ahora, si debo partir de este mundo, no hay nada que sienta más que no poder servirlos más tiempo. El proceso liberador, que concretaría sus esperanzas de siempre, continuó. Cuando seis años después de su muerte, los comunistas derrotaban a los invasores norteamericanos, los tanques llevaban una pancarta: Tú siempre marchas con nosotros, Tío Ho.
      Ho Chi Minh y el pueblo vietnamita se convertieron en símbolos de las luchas del Tercer Mundo contra el imperialismo, el colonialismo y la explotación.
      Su nombre destaca entre los grandes referentes mundiales del proletariado, mucho más allá de los límites de su país. El triunfo vietnamita contra Estados Unidos demostró que era posible derrotar al imperialismo pese a la enorme disparidad de recursos. En el mundo entero grandes contingentes populares se movilizaron en solidaridad con la revolución vietnamita y la figura de Ho Chi Minh alcanzó un merecido prestigio mundial. Fue un gran dirigente de su partido y del proletariadio internacional. Ho Chi Minh y los comunistas trazaron el camino; los obreros y campesinos vietnamitas lo recorrieron hasta el final.
      Cita
      Al final del largo viaje
      Ho Chi Minh suave y despierto
      sobre el albura del traje
      le arde el corazón abierto.
      No trae escolta, ni paje
      pasó montaña y desierto
      en la blancura del traje
      sólo el corazón abierto
      no quiso más para el viaje.
      Final de cita
      (Pablo Milanés: Ho Chi Minh)
      Absueltos los criminales que fabricaron el agente naranja.
      Uno de los combatientes vietnamitas afectados por el agente naranja durante la guerra de liberación librada em Vietnam contra Estados Unidos es Nguyen Van Quy, que luchó durante un lustro y en la actualidad sufre un cáncer de estómago y otro de hígado. Nguyen Van Quy, que tiene ya 50 años, ha interpuesto una denuncia contra las compañías estadounidenses que produjeron dichas armas químicas.
      A pesar de su empeño, Nguyen ha perdido la primera batalla, ya que un juez de Nueva York rechazó su demanda al considerar que no hay base para probar que el Agente Naranja le provocara esas enfermedades, principalmente por la falta de investigaciones al respecto. Frente a esta decisión, 100.000 veteranos del Ejército de Estados Unidos han recibido en los últimos años una jugosa indemnización por las secuelas que les dejó la contienda.
      Tras este revés legal, similar al que ya sufrió cuando otro tribunal de Brooklyn desestimó en enero de 2004 la denuncia contra 37 empresas químicas, el colectivo de víctimas anunció que recurrirá la sentencia y aportará más pruebas que demuestren las consecuencias de dicha sustancia.
      Un estudio realizado en la década de los 80 en el Hospital Tu Du de Ho Chi Minh reveló que, de 294 niños expuestos en el útero al Agente Naranja, el 5,4 por ciento presentaba malformaciones genéticas. Una cifra muy superior al 0'4 por ciento de los 6.690 bebés que también padecían tales enfermedades sin haber tenido ningún contacto con la peligrosa sustancia química. Para constatar la gravedad de la situación, el informe alertaba de que el 0,34 por ciento de los niños afectados por el compuesto fallecía, mientras que la tasa de defunción infantil en circunstancias normales era sólo del 0,02 por ciento.
      La culpa de todo esto la tienen las dioxinas que contenían las bombas lanzadas por la aviación norteamericana. Dichos elementos tóxicos han pasado de generación en generación provocando la aparición de tumores, leucemias linfáticas, desórdenes físicos, defectos de nacimiento y alteraciones del sistema nervioso en tres millones de personas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario